EL JUEGO DE LAS UVAS

«EL JUEGO DE LAS UVAS» presenta una composición visualmente compleja. La perspectiva desafía la lógica, como si miráramos el mundo a través de un caleidoscopio. Las figuras geométricas mantienen una presencia serena, como un racimo de uvas en reposo. La obra, en lugar de narrar una historia, nos propone un juego de preguntas: ¿Es el «juego» de las uvas una metáfora de la fermentación? ¿El contraste entre el orden de las esferas y el caos del fondo podría ser una narrativa del equilibrio entre tradición y modernidad en la industria vinícola? La obra no da respuestas, pero sí abre la puerta hacia la reflexión.

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